Barnabás el chiflado [Lore Black]

El día había transcurrido con su debida velocidad. Había visitado el aula de pociones, los invernaderos y el comedor.

Pero luego, como no sabía qué hacer, se distrajo varios minutos paseando por los pasillos y observando a la multitud, muchos alumnos se veían alborotados por la cantidad de tareas que extrañadamente para él no eran lo suficiente, él ya había adelantado todos los trabajos para cada materia. Una pobreza en cuanto a vida social, pero era su rutina: trabajos, trabajos, trabajos.

Se detenía cuidadosamente cuando un pensamiento profundo se avecinaba y lo estudiaba con ligereza, pensando... -séptimo piso - anunció y sus pies avanzaron rumbo a donde acababa de mencionar. Tardó varios minutos en llegar debido a su descontrol en cuanto a las escaleras movedizas pero cuando lo hizo, se paseó una y otra vez por delante del tapiz de Barbabás El Chiflado. Había leído sobre la sala que va y viene, había intentado localizarla en sus años anteriores pero siempre sin resultado.

-Vamos - se quejó con su voz serpentinosa. Frunció el ceño y se llevó los brazos a la espalda, se mantuvo con esa postura por unos cuantos minutos y al final comenzó a silbar, lentamente. Su melodía se discurría entre los silenciosos rincones del séptimo piso, y él paseaba la vista de un lado a otro, sin mucho qué hacer.

Privado: Lore Black

Los segundos transcurrieron así mientras él se paseaba de aquí para allá y refunfuñaba cada vez que no lo intentaba y le erraba. ¿Qué sería necesario para poder ingresar? Quizá era por Slytherin…¿no funcionaria con…serpientes? ¿qué demonios?

El leve silbido se transformó en maldiciones unas tras o otras hasta que, retomando su tranquilidad, respiró hondo y se alejó hasta posicionarse frente a Barbanás. Se concentró viendo los deslices de la pintura, los tonos degradados y el aspecto añejo de aquel arte.

-Hola – exclamó alguien a su lado y éste dio un respingo del susto. Se llevó las manos a la corbata y la acomodó como si quisiera reparar este hecho de sorpresa –Hola – saludó tajante a los profundos ojos celestes que tenía a su lado. Era Ravenclaw, sin duda un Ravenclaw merecía una conversación…

-¿…de donde es que vienes? – inquirió con sus ojos verdes concentrados en ella. No le había escuchado acercarse, y…realmente no tenía la apariencia física de un fantasma, tampoco flotaba.

-Oh no. Descuida – reparó su disculpa y tendió una mínima sonrisa, fugaz. Continuó viéndole y a los pocos minutos ella desvió la mirada, levemente sonrojada. Esto le provocó otra sorpresa y se volvió a ver a otro lugar también, respirando profundo y pretendiendo que no había visto nada –De allí – se volvió a ver con rapidez, consumido por la curiosidad pero frunció el ceño con ligereza –¿De ahí? – preguntó con cierta ironía y alzando una peligrosa ceja, estaba seguro de que era mentira. Hubiera escuchado sus pasos, o de seguro las puertas, era prácticamente imposible no haber caído en su presencia.

¿Y tu? ¿No se supone que los slytherin habitan en las mazmorras?

Esto le dejó totalmente helado, un escalofrío recorrió su espalda y se volvió a verle con la mirada envenenada, ¿qué era? ¿un bicho de rincón? –Pues, algunas veces necesitamos de aire y sol también. – enfatizó las ultimas palabras, se sentía tratado como a un insecto pero no era motivo para devolverle el ataque, además, se sentía intimidado por su cálida sonrisa de una manera espantosa. No se creía capaz de poder insultarle.

-Pues, eso sí es cierto – agregó continuando lo que ella decía como reparo. Con algo de indignación se volvió a verle y se mantuvo así, sabía que su mirada no demostraría lo resentido que estaba

Asenti sonriendo, cuando le vi sonreir, por mas minima que fuera su sonrisa eso hacia que no pasara desapercibida, menos para mi que solia fijarme, bueno, siempre y cuando no desviara la mirada. -Si de alli, venia de mi sc- Exclame despreocupadamente, no me gustaba mentir pero no podia decirle...

Volvi a mirar al suelo y solo fui capaz de decir -Lo siento, no quise incomodarte con lo que dije...- Solia no pensar demasiado lo que decia, y eso muchas veces me costaba caro, no era buena socializando y estaba demostrandolo con aquel chico, levante la mirada para verle y como me continuaba mirando la volvi a apartar, levemente sonrojada. Sucedia cada vez que alguien me miraba...

Su despreocupación estuvo muy bien desenvuelta, o era una buena mentirosa o realmente venía de allí, en cualquier caso no le dio mucha importancia y asintió levemente. Luego, ella se volvió a verle y cuando sostuvo la mirada se dio cuenta de lo envenenada que estaba la de él, desviando nuevamente sus ojos al suelo y sonrojándose

-No te preocupes – volvió a contestar –es que en realidad somos lo que aparentamos – continuó y se encogió de hombros, con malicia. Si ella había insinuado que era una ''serpiente'' o un ''bicho'' de rincón, vaya que tenía toda la razón. Pronto el resentimiento se disipó y fue capaz de volverse a la tranquilidad –¿No te gustan los Slytherin, cierto? – preguntó, como quien no quiere la cosa. Estaba acostumbrado a recibir quejas, incluso insultos y barbaridades debido al color que lo identificaba dentro de esas paredes, no era algo de lo que temer. Él sabía que los demás deberían de temer…

-Vaya – exclamó, pero sus palabras no se reflejaron en su rostro. Este continuaba paciente en la espera a lo que ella diría. La Ravenclaw se apoyó sobre la pared y adquirió la misma posición que él había tenido segundos antes de ser sorprendido por su ''Hola''

Realmente, no sabía si sentirse gratificado o humillado con respecto a su primer comentario, lo sospesó por unos minutos e imaginando que suponía a algo bueno le dedicó una que otra sonrisa, bastante rápida y disimulada. Él sabía que su aspecto físico era de un Slytherin, llevaba cicatrices en el rostro y sus ojos no expresaban sentimiento alguno, no podía ser un pandillero Hufflepuff, o un diplomático Ravenclaw y menos un valiente y caballeroso Gryffindor.

Se volvió a verle cuando ella continuó hablando y deshizo su indiferencia, le prestó mucha más atención –¿El primero? ¿Es que acaso los demás son peores y te dieron un susto? – bromeó, o eso parecía. Aunque hubiera sido broma o no su propio rostro no se conmovió de risa.

y no diria que me disgustas...

Esas palabras fueron y volvieron en sus oídos, eran demasiado confiadas y amigables. Desacostumbraba a dar cumplidos pero lo intentó: -Tengo que decir que…yo sí habría sabido que eras una Ravenclaw – y alzó las cejas, viendo la poca clase que tenía para dar cumplidos. En realidad refería a sus ojos, que eran profundos e inteligentes incluso el color podría asimilarse fácilmente con su casa.

-¿Ah no? – preguntó, aunque luego le pareció estúpido. Él era de esos que evitaba a cualquiera y dirigía una mirada envenenada a quien le saludara y que no fuera de su casa. Se vio aludido de tal modo que tuvo que desviar la vista y recomponer su moral, él era asqueroso y lo sabía. No iba a cambiar ni a sentir lástima porque los demás le tratasen así, él no le estaba tratando a ella de ese modo ¿cierto? … respiró hondo.

-Y eso que no llevo una torre de libros – por unos segundos no comprendió por qué lo decía pero luego captó su risa y asintió. –Ya veo – comentó descolocado y se sintió avergonzado de sí mismo por la poca carisma que tenía para los cumplidos, había pasado tan desapercibido como cualquier Gryffindor ante sus ojos.

Permaneció en silencio por varios segundos y luego se dio cuenta de que le tocaba hablar, o quizá no había dicho mucho hasta el momento. Extendió una mano y la dejó en el aire, esperando a estrecharla con la suya: -Avery – se presentó.

Ella dudó antes de tomarle la mano, y personalmente, le pareció muy ensimismada en sus pensamientos. Casi tanto que creyó que estaría pensando que era un mentecato, sujetó su mano con cuidado y la sacudió rápidamente varias veces, pero ella continuaba en silencio.

-Soy Black... Lore Black, pero si gustas... puedes llamarme solo Lore – dijo al fin y el muchacho se tranquilizó, tanto que alzó las cejas y asintió a señal de comprender –Adrian para ti, entonces- dijo luego de que ella le confesó que prefería solo Lore. Le parecía extraño decirle a alguien su primer nombre, todo el mundo le trataba por su apellido e incluso sus amigos trataban poco con su nombre, era casi una costumbre de serpiente no tratarse de ese modo. Tendría que acostumbrarse a el ''Lore''

Alejó la mano con tranquilidad y la dejó caer –Ahm… – comenzó dubitativo, tardó varios segundos y luego recompuso su oración –¿conoces…la sala que va y viene? ¿has leído sobre ella? – estaba seguro de que ella habría leído algo. Era Ravenclaw y parecía ser bastante curiosa, o su mirada confundía pues era sumamente atenta, amigable y curiosa.

Escuchó su nombre y asintió amablemente a modo de ''Un gusto también''

Por unos segundos temió a haber preguntado algo perverso, o algo que pudiera comprometerla en algún aspecto ya que ella se mordió el labio y comenzó a jugar con sus dedos, demostrando cuan nerviosa estaba - Pues... yo...- comenzó y éste tuvo que acercar el rostro para oírle, su voz se escurría en el silencio y parecía indispuesta a salir hasta que…

-Acabodesalirdealli –

Se alejó de golpe más por la sorpresa de lo que decía que por el modo en que lo decía, ¿ella sabía de la sala? Frunció el ceño –¿Dónde es, cómo se entra? – preguntó con rapidez, pero se sintió desubicado. Ella estaba encogida de nervios y él solo le estaba interrogando sobre una estúpida sala. Llevó su mano hacia su hombro y le dio leves golpecitos, amigablemente –Sabía que mentías- le dijo, con respecto a lo de ''vengo de por allí'' luego se encogió de hombros resandole importancia a esa pequeña mentira, nadie corría peligro y no se trataba de vida o muerte.

Alejó nuevamente su mano suponiendo que ya había sido demasiado amistoso y volvió al tema –¿Es cierto que…se adecúa según las necesidades de cada uno? – su voz se escurrió rápidamente, casi un susurro.

Cada movimiento de Lore, desde sus pies moviéndose incómodamente, sus manos jugando unas con otras y su mirada al suelo le provocaba un sentimiento continuo de pena, le daba pena que ella se pusiera así. Se sentía de piedra y no compartía esos sentimientos así de profundos, pero le hacía sentir terrible y era como un recordatorio, algo como: ''mira que inútil eres, tú ni eso puedes demostrar''.

No había inocencia en el rostro del muchacho y por otra parte la joven estaba hecha de inocencia, era todo tan contradictorio –¿Aquí?- preguntó tocando la pared con ambas manos y deslizándolas lentamente, imaginando cómo sería la sala al otro lado y si alguna vez podría realmente visitarla. Le dedicó una mirada de reojo y se volvió a ella…

-¿Qué no podemos compartir necesidades? – preguntó, seriamente. No cayó en el primer instante lo raro que sonaba el preguntar eso, pero se refería a otro modo e intentó repararlo: -digo…que ¿se puede entrar solo de a uno? – frunció el ceño viendo que aquello no mejoraba. A continuación se alejó unos pasos de la pared y de ella, escondiendo las manos llevó la mirada al final del pasillo, su indiferencia acababa por volver –No quisiste hacerlo, es cierto. Pero debías – comentó seriamente. Él sabía que esa sala era casi un secreto y que muy pocos alumnos habían podido descifrar realmente lo qué era y cómo se ingresaba.

Ella corrigió lo que decía y él asintió, con la vista fija en otro punto indefinido del pasillo.

Continuaba pensando cómo sería, y qué tendría que pensar porque podía pensar millones de cosas pero ¿realmente surgiría efecto? ¿cómo sería por dentro? ¿sería tal cual la necesidad de cada mago? Continuó en silencio y ella con su explicación, parecía algo decepcionada y él no sabía por qué ¿sería por haberle contado de aquello? no importaba, ya lo había hecho. Y si alguien tenía algún problema con que lo hubiera hecho tendría un problema con él, ya que había sido su interrogatorio, no culpa de ella

-Entiendo- dijo por fin y se volvió a mirarle con una expresión perdida –¿Será…- comenzó, buscando las palabras correctas para no cometer un error y arrepentirse como hacía unos segundos –¿te molestaría pensar en algo en conjunto conmigo? Digo, para… – alzó el índice e indico a la pared –nunca he estado allí, me gustaría.

-Algo como… – comenzó, bastante dispuesto a ponerse a pensar y llegar a un pensamiento en conjunto definitivo pero ella se fijó al otro lado del pasillo, algo le sorprendió y arrebató al muchacho tomándolo del brazo –Rapido, piensa en un lugar para escondernos – le apresuró ella mientras que le arrastraba caminando tres veces frente a ese lugar, él no tuvo tiempo de memorizan algo o siquiera imaginar, tan solo pensó con rapidez y continuidad un lugar donde poder relajarse, su imaginación contribuyó también dándole la imagen de un sitio muy acogedor, repleto de antigüedades pero a la vez comodidades. Una puerta apareció en cuestión de segundos frente a ambos y Lore no tardó en entrar, haciéndole señas para que le siguiera –Válgame – exclamó asombrado de la enormidad de esa puerta y de lo atrapante que era su interior. Volvió el rostro hacia un costado y captó la presencia de Norris, el que provocaba tanto escándalo; sin pensarlo dio un salto e ingresó a la sala.

-Aunque claro... no es igual en la que yo estuve – escuchó que ella le decía pero fue incapaz de responder, sus ojos recorrían cada rincón con una curiosidad inmensa. Es mas, por primera vez sus ojos reflejaban un sentimiento: verdadera sorpresa.

Habían sofás cuidados y lujosos por todos lados, daban la impresión de querer saltar sobre ellos una y otra vez, también habían libros apilados cuidadosamente y un sinfín de antigüedades que sólo a él le gustarían. Pequeñas mesas se posicionaban frente a cada sofá y alfombras acomodaban el suelo, al final de la sala había una enorme estufa de la que chispeaban llamaradas iluminando la inmensa habitación –Es increíble – admitió recorriéndolo todo, al igual que ella.


OFF: Me despido, ¡hasta mañana!

Sus ojos no daban crédito a lo que veía.

Adrian no podía dejar de sorprenderse, tanto por la enormidad de ese sitio como la cantidad de cosas que cabían en él. Definitivamente aquello se asimilaba mucho a un paraíso y mucho mejor ya que estaba en sus propias manos, ¡su paraíso! Justo como no lo habría deseado, o imaginado.

Sus ojos se deslizaron desde el más pequeño artefacto hasta los enormes cuadros que colgaban de las paredes dándole un aspecto antiguo a todo aquello. Notó que la puerta detrás de ellos había desaparecido y por unos segundos experimentó una presión casi claustrofóbica ¿cómo harían luego para saber por donde salir? ¿sería nada más en el mismo lugar?

-Si que tienes un gusto fino – escuchó a Lore y se volvió a verle. Ya casi habría olvidado su presencia, es que era tan silenciosa y él lugar tan atrapante. Sacudió la cabeza –¿A qué se parecía tu sitio? – preguntó. Sabía que era muy cambiante con respecto a los temas de conversación, pero no se le ocurría que decir y mientras esperó a su respuesta merodeó por allí; se sorprendió de verle de vuelta unos segundos después y sentir su mano sobre su hombro.

-Confío en ti... nadie puede saberlo. – por unos cuantos segundos sus ojos fueron incapaces de reaccionar, estaba muy emocionado como para pensar en otra cosa. Al minuto fue volviendo en sí hasta que comprendió sus palabras, o no del todo. Decidió que, como no tenía nada mejor que responder, un movimiento de cabeza sería lo mejor.

-¿Por qué...? – comenzó a preguntar, no estaba seguro si corría algún peligro estando allí con ella, ¿nadie quiénes? ¿era por ser Slytherin y ella Ravenclaw? Seguro era a por eso.

Un golpe seco interrumpió sus palabras y le hizo volver el rostro sobre su hombro a inspeccionar, por más que forzara la vista lo único que veía eran pilas de libros acompañados de cuadros y artefactos en pequeñas cajas o incluso sueltos por ahí ‘Nunca sabrás lo que encontrar’ su respiración se detuvo y su mente quedó en blanco, olvidando lo que tenía que preguntar –¿Qué fue eso? – preguntó a Lore, aunque bien sabía la respuesta.

Sin esperar a una respuesta o incluso un respiro por parte de la joven tomó la varita que guardaba en un saquillo de su capa, preparado para lo que fuere ‘Aspectos malos, aspectos buenos…lo que sea, es la sala que va y viene’

-Oh – respondió rápidamente e intentó visualizar cómo sería la sala que habría imaginado Lore pero no podía con lugares vacíos y sin mucho que ver, amaba el desorden antiguo como ese que tenían por allí.

-Porque me meteras en problemas...- ¿Tan malvado le parecía? Ni para tanto, y ella decía que confiaba en él ¿sería que sus compañeros o quizá su novio no le agradaban los Slytherin?

Aquello le sorprendió y dudó unos segundos antes de responder, ¿acababa de enojarse? –No le diré a nadie – espetó, a su defensa. Él no era tan mentecato, seguro podría cerrar la boca y tampoco era que deseara saber por qué debía hacerlo, qué problemas sería para ella. Sólo contribuiría haciendo…nada.

-…me parece que es tu parte de la sala –

Algo se removió en su interior, estaba bastante acostumbrado a sentir esa sensación de presión en el estomago y un frío en su espalda cuando estaba nervioso, y pocas veces sucedía.

-Seguro no es nada – se tranquilizó, e incluyó a Lore pero no le parecía muy sorprendida, él hecho de que fuera suparte de la sala implicaba cualquier tipo de peligro, una mente como la de él podría resguardar cualquier cosa.